lunes, 18 de mayo de 2015

IDAHO, REFLEXIÓN PERSONAL

  Está visto que no hay que ser lesbiana, gay, trans*, bisexual, pansexual, intersexual, asexual, queer o cualquiera de las identidades que resumiré a partir de ahora en LGBT+, para levantarse contra la LGBTfobia.

  Está claro que, viendo que el equipo que ha coordinado esta campaña a nivel internacional en IFMSA no cuenta ni con una mayoría LGBT+ ni con una mayoría del mal llamado "mundo occidental", esta campaña no es más que la demostración de que los derechos no son derechos LGBT+, no son de una minoría, son derechos por los que todos luchan porque son derechos de todos.

  Ahora bien, ¿qué conseguimos? ¿Hemos cambiado hoy la situación del niño que se va a suicidad porque le llaman marica en el cole? ¿Hemos cambiado la situación de la chica que en el trabajo dice vivir con una amiga cuando, en realidad, es su mujer? ¿Hemos cambiado la situación de las personas trans* que viven en la las alcantarillas de Kingston?

No.

  Pero sí hemos demostrado que estamos todos unidos en esto, tanto los que no se identifican como LGBT+ como los que sí. Sin distinción de orientación sexual, identidad de género o lugar de procedencia. Somos muchos agentes de cambio que tenemos que tener presente unas sabias palabras, "Piensa en global, actúa en local".

  Esta campaña no tiene sentido si se queda en fotos de perfil y montajes con mensajes llenos de palabras bonitas, pero sin ninguna intención de trabajar con ellas.

  En nuestro caso, como estudiantes de medicina podemos luchar por conseguir cambiar la LGBTfobia dentro del entorno sanitario. Acabar con los temarios basados en prejuicios de la ignorancia científica, trabajar por el fin del estigma asociado a la sexualidad y la identidad de género y terminar con la discriminación hacia las personas LGBT+ asegurando su acceso a la asistencia sanitaria.

  La LGBTfobia y la discriminación social que acompaña llevan a situaciones en las que la mitad de personas LGBT+ terminan sufriendo depresión o ansiedad llegando a autolesionarse y suicidarse para escapar de una sociedad que da la espalda.

  Por eso es importante, tu sexualidad es importante. Porque tu sexualidad es una parte más de todas ellas que te hacen persona y una parte importante que a nivel sanitario, o más importante a nivel social, no ha de ser ignorada ni atacada.

  El IDAHO es un día, como el Día del VIH, el de la Mujer, el de la Mutilación Genital Femenina, los Derechos Humanos, la Diabetes y el del Inodoro. Todos son días que nos recuerdan que llevamos un año y no nos habíamos parado a pensar si lo estábamos haciendo bien.

¿Lo hemos hecho bien este año? Hagámoslo mejor durante el siguiente.

Sapientia sola via est



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