miércoles, 12 de diciembre de 2012

LA GUERRERA

  Ella, paso a paso, se come el mundo. Se alimenta de la admiración que despierta entre los hombres. Come, pero mantiene rojos sus labios.

  La delicadeza de sus manos acaricia su muslo. La manicura, como ella, es perfecta.

  Nadie puede cuestionar su estilo, ni al combinar la plata con el dorado de su pelo. Ella es irresistible. Ella es única.

  Aún así, hoy se cree recatada. No es vanidosa o, al menos, no quiere aparentarlo. Se engaña a sí misma recogiendo su pelo en un moño creyendo evitar así un despliegue de sensualidad, cuando en realidad sabía que no había nada más sensual que sus labios y de este modo se aseguraba de que, incluso desde la distancia, fueran visibles.

  Hoy, como cada mañana, se dispone a comerse el mundo. Con el moño como yelmo, su impecable piel como bandera, la manicura como espada y sus labios como escudo, la gerrera devorará. Su pintalabios resistirá cada bocado.

  Mantiene rojos sus labios, porque ella es irresistible. Ella es unica. Ella es perfecta.

Sapientia sola via est.

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