P: Bueno, creo que tengo que empezar con una pregunta obligada: ¿Qué
opinas del Caso Noos?
R: En realidad no tengo ni puta
idea, sólo fui el vaquero más rápido de la temporada.
P: Es verdad, ¿por qué te llaman "el vaquero más rápido"?
R: Bueno, pues eso, fui el
vaquero del Bershka más rápido en venderse en las rebajas del 2002.
P: ¿Hubo mucho forcejeo de marujas tirando de ti o la chica te cogió y
fue directa a caja?
R: Forcejeo de marujas, sin duda.
Me cogieron una chica joven, de unos 20, y una señora bien entradita en años.
P: La señora, te querría para su hija, ¿no? Porque tú eres una 34.
R: Huy no, no. La señora me quiso
para ella. Vamos, si de hecho fue la que me compró al final. No ves que antes
las 34 no éramos como las de ahora. Ahora yo sería casi una 40. Pero vamos, que
ni con eso yo valía para esa señora.
P: ¿Hubo sangre sudor y lágrimas en ese forcejeo?
R: Lo único que faltó fue el
barro y los bikinis. La chica diciéndole a la señora que cómo era tan hortera,
que ya no tenía edad de ir marcando pezuña de camello… Puñetazo al canto que se
llevó y zarpazo de la señora, que fue una de las pioneras en las uñas de
porcelana y las dominaba como navajas.
P: ¡Qué show! Supongo que ahí no acabaría la historia, pero ¿qué te ha
aportado ser el vaquero más rápido?
R: Bueno, pues hubo una gala,
como cada año, en el ayuntamiento de Busdongo y el Vaquero Más Rápido 2001 me
pasó el reinado por un año. Hice un par de bolos por programas de Televisión de
Galicia y fui uno de los vaqueros que usó Natalia Verbeke en "El otro lado
de la cama".
P: Así que de forcejeo a folleteo… Bueno, ha sido un placer tenerte con
nosotros y te deseo mucha suerte.
R: Suerte voy a tener si no me
hereda la hija de la señora, que está aún más metidita en carnes. Muchas
gracias a vosotros.
Sapientia sola via est.
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