martes, 22 de enero de 2013

SANA, SANA, CULITO DE RANA

  Seguro que a la mayoría de vosotros, cuando erais pequeños o no tan pequeños, os han cortado una cebolla cuando tosíais por la noche o habéis catado más de alguna vez el famoso suero alcalino si os ibais por la pata abajo. Pero si hay algo especialmente universal en las escenas costumbristas de la infancia castellana son esas palabras mágicas: "sana, sana, culito de rana".

  Pues bien, va siendo hora de desempolvar los libros de alquimia y rituales wicca porque ha llegado tiempo de alegría y alborozo... ¡¡¡EL TIEMPO DE LOS RECORTES!!!

  Y sí amigos, puede que si nuestra práctica médica se base en los humores galénicos nos caiga un puro, pero ¿y si los conjuros tienen base científica? Os presento el maravilloso:

  CÓMO CAMBIAR LA BATA POR UNA CHISTERA Y NO ACABAR ENTRE REJAS.

  Muy sencillo. Si un paciente os llega con un dolor (medianamente) superficial provocado por un traumatismo (no muy grave), es decir, una pupa; lo que tenéis que hacer es:

1.- Remangaros

2.- Abrir la mano consecuentemente a la extensión de la "pupa"

3.- Acercar la mano a la "pupa"

4.- Aclararos la voz

5.- Comenzar a hacer una friega a la vez que, con voz prosódica que va matizándose aumentando en volumen y bajando en tono, emites un claro:

  SANA, SANA, CULITO DE RANA

  En ese momento, debéis de estar atentos, porque las hostias de padre son difíciles de esquivar. Si os calza el guantazo, pues os aplicáis los puntos del 1 al 5 del procedimiento anterior con la adición del punto 6.- Aguantar el llanto.

  Y ahora es cuando viene el típico "¿Seis años de carrera, cuatro de residencia y 116 años de la existencia de la aspirina para curar el dolor con unos pases mágicos?". Con pases mágicos no, con ciencia, esa religión tan moderna y eficaz.

  De los receptores del dolor parten fibras que van a conectar con la médula y estos van de la manita con las fibras que llevan la información del tacto.

  Al llegar a la médula, si no hay nada que lo impida, la información del dolor ascendería hacia centros superiores para terminar desencadenando la desagradable, pero defensiva, sensación dolorosa. Ahora bien, si el estímulo doloroso viene acompañado de un estímulo táctil como la suave caricia del "sana, sana", la fibra del tacto inhibirá a la del dolor gracias a la liberación de nuestras amigas la encefalinas.

  Las encefalinas, con su poder analgésico, inhiben la sinapsis de las fibras nociceptoras con su 2ª neurona en la médula y así se placa el dolor haciendo que el famoso conjuro de curandero surta efecto.

  Ahorren a sus pacientes el euro por receta o la compra de cremitas tópicas y típicas que ya no las pasa la Seguridad Social.

  Ya saben: cuelguen la bata, cálcense la chistera y lo de sacarse el conejo... en público no, que está muy mal visto señoras.

Sapientia sola via est.




martes, 8 de enero de 2013

ANSIA: DESDICHA Y VERGÜENZA

  La ignorancia es gratuita. El saber, desgraciadamente, no. Es repugnante la forma en la que las personas se enorgullecen de su ignorancia.

  El tipo de conocimiento más deplorable es el meramente examinatorio, cuya corta duración es motivo de pobres escusas que pretenden alcanzar la categoría de razón suprema. Cuando a mi me acontece, no siento más que desdicha y vergüenza. Es la desgracia del conformismo.

  El conformismo es el peor de los pecados. El ansia es la mejor de las virtudes. El ansia de descubrir, encontrar, recibir y dar, de cuestionar, de razonar, de enfrentar y de combatir, de contradecir, de desconfiar. El ansia de saber. El crédulo está condenado. El ansia es gratuita.

Unos meses después...

  Lo peor ahora, es que llega el pecado, la rendición. Ahora el ansia es de libertad irresponsable. Tonterías, ¿se puede ser libre con ignorancia?

  Además, darte cuenta de que cada día sabrás menos, que da igual lo importante que sea, que en unos días ni existirá. Impotencia y sentido de la responsabilidad supongo que son fuerzas para seguir. Al menos, espero que lo sean.

  Por y para los demás. Siempre he querido que así sea. Amén, supongo.

  Pero en realidad, ni por mi, ni por todos mis compañeros y definitivamente, por mi primero no. El final de una película, ¿qué más da?, la volveré a ver, o no, ¿para qué? Quizás esté bien, sé que me ha gustado, la veo otra vez, porque va a ser como la primera. Pero eso es por mi. ¿Y por los demás? ¿Y por mis compañeros? ¿Para ellos quedará algo? Caras de circunstancia, supongo. Eso no vale.

  Por y para los demás. Si me acuerdo de la mitad, quizás haya un 50% de supervivencia. Por su bien, espero que no. Sentido de la responsabilidad con incapacidad para la responsabilidad.

  Tan preocupado por mi, me despreocupo por los demás. Poco a poco, ni por ni para los demás. Daño y daño de dañar. Promesas, aptitudes y actitudes que se desvanecen; poco va quedando, queda lo peor.

  Mi felicidad es por el asombro de que aún quede felicidad. De encontrarme a mi mismo riendo, haciendo reír. Mi esperanza es por luchar para que la felicidad la pueda provocar por siempre.

  Mi desdicha y mi vergüenza son mis armas para luchar.

  He luchado para llegar aquí, lucho cada día para que realmente sea un buen y maravilloso día y mi ansia será por seguir luchando para que, quizás siendo ignorante, pueda ser feliz y hacer feliz.

Sapientia sola via est.

jueves, 3 de enero de 2013

LA VERDAD DE TOY STORY 3

(ATENCIÓN: el contenido de esta entrada puede herir su sensibilidad por su alto contenido en topicazos y prejuicios, desde luego exagerados para intentar provocar, al menos, una sonrisa. Si se siente ofendidx, se jode. 1.- No haberlo leído, le había avisado. 2.- Relaja la raja, hay que tener un poco de sentido del humor.)

  Ken es el típico gay que ya está cansado de tanto BDSM y tanto ser el juguetito del Osazo Rosa.

  Barbie es toda una mariliendres, que siempre ha querido tener un amigo gay para ir de compras, de copas y al que defender de la sociedad homófoba.

  Conocerse sería lo mejor que les podría pasar.

  Ella, de amiga con una ¿vaquera? ¿Y qué más? ¿Cambiar el rosa por el marrón cuero? ¿Sus tacones por botas? ¿¿¿SUS CALENTADORES POR ESPUELAS??? ¡Ni jarta a vino! Ella era ferviente seguidora de la escuela filosófica de María Isabel de Ayamonte: Antes muerta que sencilla.

  Él no quería ser más un juguete roto, corrompido por un cerdo que hacía con él lo que le venía en gana haciéndole creer, al pobre, que era por su bien, que era por amor. Ya estaba harto de despertarse día a día oyendo los gritos de aquel oso enfundado en cuero. Sí, le había dado una casita para él solo, pero los vestidos que incluía la casa no eran más que la extensión del patológico fetichismo del úrsido dominador que no tenía más fin que ridiculizarle. No se sentía una princesa en un palacio. Era una puta en una mancebía.

  Feliz inocencia jodida.

Sapientia sola via est.